Fundada en 1802, Barahona vio nacer sus raíces culturales a partir de la proclamación de la independencia nacional, en 1844. En las décadas posteriores, a sus originales actividades agrícolas y madereras se adicionaron las conmemoraciones de las fechas patrias del 27 de Febrero y el 16 de Agosto, la Semana Santa, los actos religiosos, las creencias y leyendas, y la celebración, el 7 de octubre, de las fiestas patronales, en honor a la protectora de la comunidad, Nuestra Señora del Rosario.
Màs adelante, especialmente desde 1887, surgieron las escuelas, los cantos y bailes, las veladas culturales, la masonerìa y el odfelismo, la primera biblioteca pública Apolinar Perdomo, los teatros y centros culturales y recreativos, las uniones y círculos de estudios, los periódicos, el Ateneo Municipal, juegos deportivos y populares, los clubes de servicios y culturales, y los carnavales, con las famosas famosas mangulina y las Cachùas de Cabral.
Integraciòn de razas y grupos étnicos: libaneses, árabes, sirios, cocolos, haitianos, etc., Barahona ha sido una cantera de músicos, bailadores y cantores populares, salidos de su Academia de Mùsica y su Banda Municipal, que han deleitado en las retretas de los parques Central y de Los Sueros. Sus hijos exhiben, con orgullo, su herencia del antepasado, particularmente los aportes hechos por la libertad y la soberanía nacional. Esa memoria histórica se ha transformado en valores y estímulos en este terruño desde donde han brotado sobresalientes artistas e intelectuales, como la actriz Marìa Montez, la folklorista Casandra Damiròn, los humoristas Fabiàn Damiròn (Don Poli) y Milton Pelàez, el declamador Justo Manuel Luperòn (Frank Adolfo), la cantante clásica Teresita Pèrez Frangie, el pintor Ramòn Oviedo, el escultor Carlos Lassis Peña; escritores, maestros y estrellas deportivas.